jueves, 11 de octubre de 2012

Pocas opciones dieron los de Zalduendo


Octava de abono. Casi lleno en los tendidos. Corrida de toros de Zalduendo, procedencia Jandilla.

Las fuerzas del primer Zalduendo no hacen presagiar nada bueno. Claudica demasiado. En banderillas luce El Fandi su repertorio, moviola incluida y el toro se arranca con clase hacia el matador que decide poner un cuarto par al violín de dentro a fuera. De hinojos comienza el granadino su faena de muleta, en el centro del redondel con derechazos muy templados. El toro tiene clase pero no se da importancia a la labor de El Fandi por las pocas fuerzas mostradas por su oponente. A la hora de matar se vuelca el torero y cobra una entera algo caída. Ovación tras aviso.

Joaquín Jimeno, alcalde de Fuendetodos, acompañado de Ana, una nueva aficionada
Al segundo se le protesta de salida por falta de fuerzas y escaso trapío, por ello se le cuida mucho en el caballo. La faena de muleta la comienza Castella sentado en el estribo y ahí se derrumba el toro. Posteriormente el francés se quiere justificar y el espectáculo resulta anodino, sin toro no hay fiesta y además Castella no tiene su momento, aunque mata con acierto a la primera. Silencio.

Más toro es el tercero que se va con alegría al caballo y antes de colocar los palos hay dos quites interesantes, uno de Guillermo Barbero al picador y un segundo de El Fandi a Joselito Gutiérrez, desmonterándose ambos subalternos tras el uso de los palitroques. El inicio de faena es mayestático y el toro soporta el esfuerzo, colaborando con un elegante Perera que maneja la roja con suavidad y temple hasta que el toro apaga la luz y se para. Todo lo demás sobra y por eso abrevia el torero que se tira a matar atracándose de toro, cayendo la espada trasera y algo baja. Ovación

El Fandi saluda al cuarto con dos largas cambiadas de rodillas y en el caballo se protesta al de Zalduendo por su falta de fuerza. Para el quite elige las lopecinas y remata airosamente con ambas rodillas en tierra. Coloca ocho palos nuevamente con facultades e inicia la faena de rodillas esta vez junto a la raya de picadores, el torero lo templa y el toro se quiere marchar, manseando hasta que sale del armario definitivamente, rehuyendo la lucha. Mata de un estoconazo fulminante haciendo rodar a su oponente sin puntilla, por lo que parte del público, sorprendentemente, pide la oreja. Gran ovación.

Al quinto se le protesta también por la mansedumbre mostrada en la suerte de varas pero en la muleta de Castella saca la casta. Pide tandas largas y mano baja, por eso cuando lo hace Castella la plaza vibra, el toro humilla y transmite pero algún condimento le falta al guiso porque la faena no cobra altura y en la parte final el toro se raja buscando las tablas. Ahí es cuando Castella monta la espada, enterrándola entera con efecto rápido. El público le pide la oreja y el presidente se la concede.

El sexto se lo brinda Perera a su apoderado Fernando Cepeda, y toro y torero marcan un tono académico, correcto pero frío, buscando el espada ampliar las distancias que parece pedirle el de Zalduendo. El arrimón, marca de la casa, enardece al público. Con la mano lesionada pincha antes de recetar una entera un tanto desprendida. Al final ovación tras aviso.

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza. Octava de abono. Rozando el lleno. Toros de Zalduendo para:
El Fandi: ovación tras aviso y ovación
Sebastián Castella: silencio y oreja
Miguel Ángel Perera: ovación y ovación tras aviso



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