El Fandi desoreja a un fuenteymbro de vuelta al ruedo en la corrida conmemorativa del 250 aniversario de La Misericordia.
Paco Martínez - 08/10/2014 (burladero.com)
Hoy se cumplían 250 años desde que se abrieran las puertas de la actual Misericordia, de ahí que todo lo que rodeaba al festejo se haya recubierto de recuerdos goyescos: Canciones, símbolos, artes y recortes, así como el reconocimiento hacia Don Ramón de Pignatelli y a todos los que como él pensaron que una plaza de toros recabaría los ingresos necesarios para satisfacer la beneficencia de Zaragoza de la segunda mitad del siglo XVIII.
Y entre tanto barroco y tanta suerte antigua, el resumen de la tarde se centra en dos nombres: “Picarón”, un bravo toro de Fuente Ymbro que ha ido con alegría al caballo y que ha sido bravo en la muleta embistiendo con calidad y nobleza, y David Fandila “El Fandi”, un torero que tiene sus admiradores y sus detractores pero que hoy en Zaragoza ha desplegado su concepto de tauromaquia al más alto nivel, pues dentro de su toreo no ha desentonado con respecto a las buenas cualidades del toro. Con estos mimbres el cesto no podía ser malo. El granadino ha puesto en práctica vistosas suertes con el capote, ha formado un lío con los palos y con la muleta ha templado la embestida del noble animal, sin profundidades pero haciendo las cosas muy bien, pues con decir que lo peor ha sido la estocada queda dicho todo. Y al final se hizo justicia: Fandila salió por la Puerta Grande con sus dos merecidos trofeos y “Picarón” era ovacionado mientras, ya inerte, le daba la vuelta al ruedo de honor el tiro de mulillas. En el sexto El Fandi también estuvo bien, pero se le rajó su oponente en la muleta después de ser jaleado en los primeros tercios.
Abriendo plaza actuaba el querido Padilla en el mismo ruedo donde un grave percance le cambió la vida hace ahora tres años. Y ha estado voluntarioso y hasta valiente en ese cuarto que cogía moscas al vuelo por los dos pitones. Ha querido y lo que le ha tocado en suerte era de no poder, así que habrá que esperar a su segunda tarde para ver si tiene más suerte con el papel de fumar.
Nos queda Abellán, apático con el soso segundo y más voluntarioso con el quinto que se ha dejado la vida en el caballo. En su haber apuntamos un derechazo de recibo en la faena de muleta de su último oponente al arrancarse el toro desde muy lejos, sumergiéndose el resto entre la niebla.
Ficha del festejo:
Juan José Padilla, silencio y ovación
Miguel Abellán, silencio y silencio
El Fandi, dos orejas y silencio
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