Nos hizo una mañana extraordinaria y pudimos disfrutar viendo a los animales bravos en su propio medio natural, comprobando cómo la Casta del Ebro (Navarra para algunos) vuelve a la Bardena Negra de Ejea.
Armando es un apasionado de aquello por lo que apuesta y de lo que cree, que es devolver a las tierras ejeanas los ejemplares de Ripamilán, que un día se llevaron el hierro de la M (Murillo) a otros lares. Y está en ello. Lo ha conseguido y lo consolidará porque tiene la afición suficiente.
Ni que decir tiene que estuvimos seis horas hablando de toros, de genealogías, de encastes y de todo lo imaginable, pues hasta nos dio tiempo de ver algo de Tendido Cero mientras nos comíamos unas extraordinarias albóndigas en el restaurante de Óscar, en El Sabinar.
En fin, una mañana sencilla, auténtica, pura y además relajante, tonificadora, energetizante y conciliadora con el medio natural. Gracias Armando, fue todo un lujo.
Se paso genial , disfrutando del ganado y de la tertulia.
ResponderEliminarSaludos.
Suerte a esa casta cincovillesa
ResponderEliminarhola la crónica no esta correcta, yo no he vendido mi ganado. un saludo.
ResponderEliminarDisculpa Juan Bautista, entendí mal la información
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