Escasas posibilidades dio a los toreros un encierro del Ventorrillo deslucido, bajo de casta y alguno con aviesas intenciones, de ahí que El Juli se fuese de vacío de Sevilla después de haber cortado cinco orejas en los dos festejos anteriores. Hoy se ha enfrentado a un complicado primero al que no le ha perdido la cara y a un cuarto que a la postre ha sido el más manejable del encierro y al que ha podido torear relajado en los inicios de faena hasta que se ha rajado el animal.
Perera se ha estrellado ante un lote imposible, el peor, ante el cual solo ha podido estar digno y voluntarioso, mientras que Luque se ha esforzado con sus dos enemigos logrando algún muletazo suelto pues el pozo no daba más agua. Al tercero lo ha matado muy mal y se ha resarcido con el sexto al que ha despachado de una entera de efecto rápido.
Al finalizar el público habrá salido un tanto enfadado con las reses lidiadas, el ganadero suponemos que preocupado y los toreros con la conciencia tranquila pues han estado por encima de sus oponentes. En fin, tarde ni siquiera para olvidar pues de nada de ella nos acordamos ya.
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