miércoles, 8 de enero de 2014

Del campo al plato (III)


El herradero: Supone la identificación definitiva e individual del becerro después de ser separado de su madre, lo que se realiza entre los seis y los doce meses de edad. Se les marca con los números de camada, año ganadero de nacimiento, asociación ganadera a la que pertenecen y hierro de la ganadería.
(Foto: Arte y Toreo)


La recría: Después del herradero los animales se apartan en grupos en función de su sexo y edad hasta que llega el momento de la tienta. En esta etapa, el becerro continúa su crecimiento, comienza a defenderse, a desarrollar la jerarquía y la territorialidad, siendo la alimentación fundamental para su desarrollo. (Foto: lanza digital)

En el campo, los animales están separados en cercados, en principio por edades y posteriormente por tipologías, según su destino sea para plazas de primera, segunda o tercera categoría, variando el precio en función de estas dos premisas: edad y trapío. Será entonces cuando los veedores de los empresarios reseñen los toros elegidos y donde sus homólogos asalariados de los matadores verán el producto para mostrar su parecer.

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