LOS CICLOS ANUALES DEL TORO DE LIDIA:
La cubrición: Cada ganadero tiene una planificación distinta de las cubriciones de sus vacas por parte de los sementales, estando los machos con las hembras, normalmente, desde enero hasta junio. La gestación dura nueve meses y por tanto, las parideras (partos) se distribuirán entre los meses de julio de un año y junio del siguiente (año ganadero), concentrándose en los meses de invierno, haciéndolas coincidir con épocas en que las condiciones ambientales no son adversas y en las que existe abundancia de recursos naturales (pastos) para la alimentación de las vacas gestantes.
(Foto Unión Criadores Toros de Lidia)
Los partos se producen en su medio natural: la dehesa. Por ello la vaca, cuando percibe que llega el momento, se refugia en un lugar alejado y protegido para parir, comiéndose instintivamente la placenta para no dejar rastro y proteger a su cría. Después, el becerro es lamido por su madre para estimular su circulación sanguínea y la respiración, el cual, cuando consigue ponerse en pie, mama de su madre los calostros (primera leche materna, rica en anticuerpos) que lo protegerán de posibles infecciones en los primeros meses de vida.
(Foto Unión Criadores Toros de Lidia)
Los partos se producen en su medio natural: la dehesa. Por ello la vaca, cuando percibe que llega el momento, se refugia en un lugar alejado y protegido para parir, comiéndose instintivamente la placenta para no dejar rastro y proteger a su cría. Después, el becerro es lamido por su madre para estimular su circulación sanguínea y la respiración, el cual, cuando consigue ponerse en pie, mama de su madre los calostros (primera leche materna, rica en anticuerpos) que lo protegerán de posibles infecciones en los primeros meses de vida.
(Foto: Fotolibre.net)
La lactancia: Durante las primeras semanas de vida la madre tiene un extraordinario instinto maternal. El becerro se comunica con ella a través del berrido y copia todas sus reacciones y a la cuarta o quinta semana el animal comienza a ingerir hierba y agua, comenzando a desarrollar su aparato digestivo. A partir de entonces se incrementan las necesidades alimenticias del becerro como animal rumiante y, por tanto, decrece la producción de leche de la madre, lo que supone una menor dependencia de la misma, cumpliéndose una etapa en la cual el becerro está ahijado con su madre.
(Foto: Unión de Criadores de Toros de Lidia)
El destete: Es el primer momento duro para el becerro pues supone la separación de su madre, lo que se realiza entre los tres y los diez meses de edad.
Texto basado en Unión de Criadores de Toros de Lidia
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