viernes, 22 de junio de 2012

Festejo en Ateca en 1887



 Desde el 16 al 22 de septiembre de 1887 se celebraron en Ateca ferias «con la misma animación que en años anteriores» y entre los actos más importantes programados se encontraban los conciertos en el Círculo Atecano, los bailes y las novilladas que organizaba D. Serafín Fuentes Álvaro, hijo de Dª Teresa y nieto de D. Vicente Álvaro y Dª Antonia Duce, a la sazón constructores de la plaza de toros de la localidad en un año incierto, pero incurso entre 1860 y 1865.
En los festejos taurinos se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de la Sra. Viuda de Sanz (Valonsadero, Soria) en las tardes del 18 y 19 de septiembre por una cuadrilla, casi todos malacitanos, encabezada por el Malagueño. El primer día acudió numeroso público al evento pero poco en el segundo.

Presidieron los festejos Filomeno Acero, teniente de alcalde del Ayuntamiento y un Hueso, supongo que José María, propietario de la fábrica de chocolates y que debía ser buen aficionado, pues en 1865 ya participó en la primera sociedad taurina que gestionó la plaza de toros de Ateca.
El Malagueño estoqueó tres ejemplares de los cuatro que le correspondían «como buenamente pudo y dejando bastante que desear», siendo prendido por el primero, aunque sin consecuencias. El cuarto lo despachó de una estocada el matador conocido como el Belloto, que también fue alcanzado y volteado, saliendo ileso.

En resumen: «El ganado excelente (para ser de esta ganadería), la presidencia con ganas de escapar el primer día y durmiendo como vulgarmente se dice “a pierna suelta” el segundo; y de los banderilleros el mejor nuestro paisano Joaquín Val “el Morenito". “El Malagueño” demostró ser un maleta, pero de marca mayor y “el Belloto” como acostumbra a estar».

En el cartel de toros que ilustra el artículo se anuncia en Sevilla, en el año 1880, un Baldomero García "El Belloto", junto al Habanero y Carmonés, que pudiera ser el actuante en Ateca. En cuanto a la crónica publicada en La Derecha por Atar-gull desde luego no se podrá decir que no se moja. A las cosas por su nombre. Igual que ahora. Cómo hemos cambiado en poco más de cien años, y así nos va.



2 comentarios:

  1. Paco:
    Primero quiero pedirte perdón por no haber entrado en los comentarios en este blog. Afortunadamente el fin de la feria me está permitiendo retomar las viejas costumbres, y entre ellas está esta de colarme a cotillear en la tauromaquia aragonesa.
    Aquí nos cuentas cosas de hace más de un siglo, qué lejos, ¿verdad? Eso es lo malo, que estamos demasiado lejos de la idea que estos hombres tenían del toro, de ser aficionado y sobretodo de ser torero.
    Un abrazo

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  2. Enrique: No tienes que excusarte de nada, ya sabes que siempre serás bien recibido por estos pagos.
    En cuanto a la crónica de 1887, pues fíjate, ya han pasado 125 años, toda una efemérides; pero es cierto lo que dices, yo la releo y me imagino al Malagueño o al Belloto, con esos novillos de Soria, que habría que verlos,intentando abrirse camino en la profesión en un pueblo de Aragón y a su vez al cronista, con esa poca diplomacia que nos caracteriza en esta tierra, quedándose más ancho que largo contando las verdades del barquero. Estamos ya demasiado lejos.
    Un abrazo

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