El pasado 1 de julio falleció en Zaragoza, a la edad de 81 años, el que fuera conocido novillero en la década de los 50 Pedro Valdivieso, cuyo nombre real era el de Pedro López Lázaro.
Su carrera artística se cimentó en los espectáculos menores que se ofrecían en aquella España de la pre-restauración, por ello lo tenemos anunciado en Fitero (Navarra) en el año 1950 junto a Isidro Marín y en Híjar (Teruel), en una plaza portátil que se instaló en unas eras de la familia Mosso.
En 1951 hará el paseíllo en Ateca (Zaragoza) junto a Salvador Garín (padre de Laureano, concejal del Ayuntamiento de Zaragoza) para enfrentarse a un complicado encierro de D. Jesús Díaz y Díaz, logrando salir ambos por la Puerta Grande.
Impulsado por sus exitosas actuaciones, Pedro Valdivieso actuaría el 6 de abril de 1952 en la plaza de toros de Zaragoza, inaugurando la temporada junto a Andrés Álvarez y cuatro alumnos de la Escuela de Tauromaquia Aragonesa, para despachar novillos de José Matías.
Ya en 1954 se anunciaría en Huesca y Teruel, mientras que en 1956 lo hace en dos ocasiones, una de ellas en Ateca (Zaragoza) nuevamente para dar cuenta de novillos de la Sra. Viuda de Pedro Arjol, de Fuentes de Ebro (Zaragoza), junto a Joselito Lahuerta, en una tarde que quedó deslucida por el escaso juego de los ejemplares lidiados.
Por todos sus aportes profesionales, con la muerte de Pedro Valdivieso hemos perdido parte de la historia taurina aragonesa de los años 50. Durante su carrera disfrutó con el ejercicio de su profesión y, aunque no llegara a tomar la alternativa, llegó a anunciarse en festejos con picadores con aquellos utreros que se lidiaban entonces y se le reconoció su labor hasta el punto de que se compuso un pasodoble que lleva su nombre.
Él entregó su juventud al mundo del toro y éste le respondió con respero y reconocimiento profesional. Se fue dejando esposa, hijos y nietos. Descanse en paz.
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