domingo, 9 de mayo de 2010

Rafaelillo y Dolores Aguirre, importantes en Madrid



Los toros desde el sofá
No había pasado la corrida completa y los agoreros ya vaticinaban que la corneja volaría a siniestra. Craso error, pues el encierro de Dolores Aguirre ha sido importante, tres de sus TOROS con mayúsculas han dado opciones, uno ha sido muy peligroso y otro malo de solemnidad. Todos ellos han mantenido la emoción en la plaza y nadie se ha aburrido ante una corrida con astados de estampa y lidia antigua. Toros de verdad, de Madrid, con transmisión y sin dar ninguna facilidad a los toreros, exigentes, con trapío y bien armados. En fin, una corrida seria con todo lo que eso lleva consigo.

Tales astados se han encontrado con un torero delante: Rafaelillo, que se ha puesto y expuesto de verdad, como gusta al aficionado de la primera plaza del mundo, tanto es así que sin un presidente cicatero y con un uso adecuado de la tizona, debería haber cortado tres orejas y alcanzar el cielo con la mano. Así todo ha quedado en una, pero las sensaciones y emociones transmitidas a quienes hemos visto la corrida no nos las quita ni el señor comisario ni la espada. Rafaelillo se ha quedado en el sitio, les ha aguantado lo indecible al viento, que soplaba con fuerza, y a los "doloresaguirre", ha toreado por bajo y a veces hasta se ha gustado componiendo una obra superior donde la estética se ha aliado con la emoción.

En segundo lugar ha actuado Fernando Cruz y una vez más la suerte no ha estado de su parte. Debería cambiarse el apellido. Ha sorteado el único malo de Dolores Aguirre con el que todo resultaba inútil y el solitario de Fernando Peña, descastado y sin emoción. Una pena.

Cerraba cartel Joselillo, que desbordado por su tercero ha dejado irse a un toro con posibilidades. La fórmula la había aplicado anteriormente Rafaelillo. Al sexto, un torazo enorme, de gran poderío y muy peligroso, ha querido lidiarlo de manera ordinaria cuando pedía un toreo sobre las piernas para despacharlo cuanto antes. Le ha echado mano infringiéndole una cornada de carácter grave.

2 comentarios:

  1. Cuando el toro tiene casta y codicia, aunque mansee como ha sido el caso de los de Dolores Aguirre, hay emoción. Lo de Rafaelillo de chapeau en el primero, y aún más meritorio por el vendabal (yo le hubiese dado la oreja) y lo del segundo con un buen gusto exquisito y con mucha técnica. El toro se quería ir y lo sujetaba con un toquecito apenas perceptible (No entiendo la petición de la segunda oreja descabellando al toro tras un pinchazo).
    Lo de Fernando Cruz no lo comento y respecto a Joseillo suscribo tus líneas.
    Un saludo.

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  2. Totalmente de acuerdo contigo en lo que apuntas sobre Rafaelillo. He visto las faenas en video tres veces y son de las que cuando pase el tiempo te acordarás de ellas. Yo en el primero también le hubiera dado la oreja y está claro que perdió la segunda del cuarto por la espada.
    Si te das cuenta tenemos cuatro toreros que no están en los circuitos y que han estado realmente bien: Curro Díaz, Iván Fandiño, Morenito de Aranda y Rafaelillo. ¿Cuando se va a refrescar el escalafón y los empresarios pondrán a quien se lo merece por los méritos ganados en la plaza y no a quien esté apadrinado por alguien del lío?.
    Saludos

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