Novillada muy seria y muy dura de José Joaquín Moreno Silva, de procedencia Saltillo, la que se ha lidiado hoy en Madrid y que ha puesto en evidencia a muchos de los que hoy se vestían de toreros, empezando por los matadores.
En este mundo actual, que huye de los problemas y no educa en sus soluciones, ocurren cosas como las de esta tarde. El panorama actual de novilleros aprende con ganaderías "comerciales" y se escurre como anguilas en mano ante hierros con procedencias de Santa Coloma, Cabrera, Vázquez, etc, etc. Ahora solo sirve lo "artista" de Domecq, los mentores de las Escuelas Taurinas no quieren vacas de otros encastes, los apoderados huyen como los franceses en Waterloo cuando se mentan estas ganaderías y los chavales llegan a la alternativa entre algodones, con su técnica de la Escuela, su toreo de salón, su vestido nuevo, su trajecito de El Corte Inglés con corbata a juego y una buena mano de gomina. Se pasean ante la afición y las aficionadas con su tarjeta de visita de torero y en cuanto sale un novillo que no va teledirigido ya es un hijoputa, mira mucho, corta por el derecho, no tenía un pase, echaba la cara arriba o se metía por el izquierdo. En la furgoneta las cuadrillas los convencen de que con esas reses no se puede torear y que bastante han hecho con quitarse la marrajada de encima. En el hotel los espera el pichón con cara de circunstancias, pero con veinte kilos más "de las antiguas" en el maletín y el padre se lamenta de la mala suerte pero difunde la noticia de que el chaval ha estado cumbre. Después de cenar el niño se da una vuelta por los garitos de moda para levantar la moral y para demostrar que fuera de la plaza los toreros siguen teniendo mucho cartel. Y pasa un día que otro vendrá, y a ver si llega pronto la alternativa para recuperarnos de la ruina.
Y esto es así, pero a veces saltan al ruedo novillos como los de esta tarde y el guión no sirve. ¿Y ahora qué hacemos?, han debido preguntarse los tres aspirantes a matadores que hoy han corrido por Las Ventas.
En primer lugar ha salido un ejemplar fuera de tipo que ha recibido dos puyazos buenos de Eclipse, siendo derribado feamente en el primero. El de Moreno tenía pies dificultando el tercio de banderillas que ha ejecutado el propio Paco Chaves. En la muleta la casta de su oponente ha desbordado a su matador. El torete era repetidor, tenía un punto más de velocidad y le costaba humillar. En el epílogo de la faena se aburre y sale distraido del muletazo, a pesar de lo cual tras un desplante está ha punto de coger al matador, cosa que no ocurre gracias a un quite providencial de Domingo Navarro. El torero es desarmado y corre hacia el olivo, mostrando los problemas de una casa sin gobierno. En esa situación entra a matar a la desesperada y escucha los tres avisos del palco. La primera en la frente.
Ante el cuarto Paco Chaves se va a portagayola para intentar arreglar el desastre del primero y se libra de milagro. El novillo lleva el nº 22 en las costillas, uno de los predilectos del ganadero, pero en el caballo muestra su condición de manso, derriba a Israel de Pedro y quiere quitarse el palo. Más problemas. Banderillea en contra de la opinión del público y tiene que desistir de colocar el tercer par porque no tiene recursos para ello y cambia el tercio ejerciendo su absoluto derecho. Bronca. Con la muleta está a merced de su complicado oponente y a la hora de matar escucha dos avisos mientras Florito en los corrales ya predisponía a la parada.
El segundo de la tarde, un novillo guapo y con trapío, ha sido para Miguel Hidalgo. En la lidia está bien El Ruso y el espada sólo académico ante un astado bueno. Siguiendo la tónica de sus hermanos, al final de la faena empieza a no humillar. En el haber del torero anotamos dos pases de pecho muy largos y en el debe que se le ha escapado un novillo de dos orejas en Madrid.
El quinto ha sido manso en el caballo y se ha dolido en un tercio de banderillas mal ejecutado por El Ruso. El novillo no quiere pelea y el granadino se pone por los dos pitones con vergüenza torera, pero la cosa se complica y a la infantería le toca correr de nuevo. Tampoco puede matar y se va al corral el durísimo astado vivo.
Cerraba cartel Antonio Rosales, un novillero muy justo de oficio y valor que no duda en tirar el capote y buscar el olivo en cuanto la ocasión así lo requiere. El primero de su lote es bueno y él no dice nada, matando de entera habilidosa sin haberse echado la pañosa a la izquierda.
Ante el que cerraba plaza , marcado con el nº 18 y era el otro favorito del ganadero, se ha mostrado descompuesto de entrada, tirando el capote y echando a correr sin motivo alguno. El astado recibe dos buenos puyazos de Sebastián Bernal y al novillo no le sirve hacer cosas buenas para que Rosales se fíe de él, por lo cual el joven espada no está de verdad y sí a merced de su oponente, el cual parecía hacerse más grande en el ruedo mientras el torero menguaba.
En fin, novillada dura y exigente que ha evidenciado que hoy en día, en general, los novilleros están muy cómodos en el escalafón y cuando se enfrentan a toros con casta y/o problemas no los saben lidiar ni torear. Los pichones, el treinta y tres y la poca afición de algunos vividores pudren la fiesta desde los cimientos. Para muestra un botón, el de hoy en Madrid. Mañana dirán los voceros oficiales que esos novillos no se pueden torear, pero lo cierto es que complicados de verdad sólo ha habido dos que han sido el 4º y el 5º, mientras que 2º, 3º y 6º han ofrecido muchas posibilidades y el encastado 1º pedía, al menos, oficio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario