Hoy jueves ha tenido lugar el primer festejo del ciclo pilarista en Zaragoza ante un cuarto del aforo cubierto. Se han lidiado ejemplares de tres ganaderías: Cuatro de Guadalest, el 1º devuelto por inválido, el 2º premiado con la vuelta al ruedo, 3º con cuajo y transmisión y 5º de poco fondo y probón; tres de Casasola: 1º bis un morucho que no humillaba, 4º noble pero que debió devolverse porque no se tenía en pie y 6º que se fue a los corrales por derrumbarse tras la suerte de varas, y uno de Los Maños corrido como 6º bis, un pedazo de novillo, cuajado y astifino que embestía con nobleza y que fue ovacionado en el arrastre.
Miguel Cuartero venía a matar una de Guadalest y se las ha visto con un lote imposible de Casasola. ¿Qué ganadería es esa? ¿Cómo se pueden echar en Zaragoza y en su feria del Pilar astados tan feos, de tan pocas garantías y sin apenas opciones?. Con estos mimbres Cuartero ha realizado una faena de compromiso al grandón y manso primero bis de Casasola. El novillo, de media casta, era un tontorrón sin maldad que deslucía sus embestidas sin humillar, por lo que al matar ha recibido una delantera y desprendida que ha servido para que el matador fuera ovacionado. El cuarto estaba lesionado en una mano y debió enviarse a los corrales. No fue así y todo resultó un fiasco. La decepción del novillero maño se premió con otra ovación.
En segundo lugar actuaba López Simón, un espada que se parece físicamente a Talavante y en las maneras a César Jiménez, pero que desde que se abrió de capote dejó claro que venía a por todas. El inicio de faena lo planteó de hinojos en la boca de riego con ocho muletazos y templados más de uno. Dos cambiados por la espalda, escalofriantes, intercalados con derechazos ligados con el de pecho rinden al público. Manoletinas y estocada de verdad epilogan su faena. El público pide los trofeos y Pasamontes no duda: Puerta Grande y salida a hombros bajo el mural de Sergio Abraín. Ante la catarsis general el usía concede la vuelta al ruedo, creo que un poco alegremente, a un novillo berreón, mansón en varas pero bueno para la muleta. Al quinto lo recibe con la franela mayestático y con los pies atornillados a las arenas zaragozanas. Traga el torero porque el novillo mira y le cuesta pasar, no obstante, al finalizar su labor consigue un redondo muy limpio antes de desplantarse arrojando los trebejos. Mata de dos pinchazos y entera desprendida y se le ovaciona tras escuchar un recado.
Antonio Espaliú ha estado en Zaragoza pero con la mente en otro lugar, desaprovechando dos novillos de triunfo grande. Con el de Guadalest ha luchado contra el astado y contra sí mismo. Desconfiado siempre, se va a por la espada en cuanto ve la gatera abierta cobrando media desprendida siendo silenciado. Con el 6º de Casasola tira dos veces el capote antes de salir escopetado antes de que fuera devuelto. A continuación salió un ejemplar de Los Maños que era un hombre, con pitones y culata, para un tipo de toreros que desde luego no era el que incluía a Espaliú esta tarde. Se le ve impotente con el capote pero en los inicios de muleta hace un esfuerzo hasta agotar el exiguo tanque de gasolina. Demanda la tizona con apremio poniendo fin a una tarde que le debería dar que pensar. Fue pitado.
En el 5º se desmonteraron Ruano, que honradamente no quería pues se le había caído un palo, y Arruga.
Foto del blog Larga cambiada
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