Este año se celebraba en Ejea de los Caballeros el 50 aniversario de la construcción de su plaza de toros que tuvo lugar en 1961 con la alternativa de Luis Agudo “El Greco” por parte de Dámaso Gómez ante Rafael Girón como testigo.
El primer toro de la tarde le correspondió a Jesulín de Ubrique que puso a su matador en apuros con el capote. En la muleta el animal ha sido noble aunque perdía las manos por su escasez de fuerzas, resultando la faena, en general, anodina y con pocos argumentos, acabándose después de una media y tres descabellos, siendo silenciado el torero.
El cuarto se astilla un pitón de salida al derrotar en la madera y descabalga a Curro Reyes en el primer puyazo. Con la franela Janeiro está técnico y un tanto frío, alargando en exceso su labor. Al final cobra una entera trasera y recibe un trofeo.
El segundo se rompió una defensa de salida tras chocar contra un burladero y es sustituido por el que iba a salir en quinto lugar, con el cual Alberto Álvarez se luce con el percal, especialmente en un quite por tafalleras. En la muleta el toro es pronto y codicioso, resultando mejor por el lado izquierdo por donde el torero se siente más a gusto. Finaliza de una entera un tanto rinconera y se le concede una oreja.
El quinto es un sobrero de Montalvo que adoleció de falta de fuerzas por lo que los deseos del torero de Ejea quedaron en intentos de agradar, si bien la rúbrica con la espada queda emborronada por lo baja y se le silencia su esfuerzo ante el inválido.
El tercero no se deja torear con el capote y le dan fuerte en el caballo. Ya en la muleta, Juan Pablo Sánchez está tranquilo exprimiendo las condiciones de un toro noblón que le permite estar al mejicano, el cual remata su quehacer de una entera desprendida y tres golpes de verduguillo. Al final hay una confusión y se le entrega una oreja que nosotros rectificando lo sucedido no contabilizamos.
Ante el sexto, de fuerzas más que justas, Juan Pablo Sánchez busca la ortodoxia y el temple, sobre todo por el lado izquierdo, aún con altibajos en el conjunto. Remata su labor de pinchazo y estocada caída y se le silencia por parte de un público que tenía ya ganas de abandonar los tendidos.
En general la tarde ha estado justa de todo y salvo algún natural aislado de Juan Pablo Sánchez nos olvidaremos pronto de lo acontecido en ella.
Texto de Burladero.com
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