Quienes se han vestido hoy de
luces en Zaragoza recordarán la corrida de Adolfo como un horror: Lista,
reservona, peligrosa y sin entregarse, auténticas alimañas que han medido a la
terna y le han pedido el DNI, el carné de conducir y hasta el de la biblioteca.
No se ha entregado ni uno de un lote terrorífico en el que el mejor ha
resultado ser el sexto porque por el pitón izquierdo parecía no querer coger al
torero.
Dicho esto, el ponerse delante de
esos bichos era toda una heroicidad en una tarde de bragueta prieta, aire
entrecortado y sudor salado.
Foto José Luis Pinilla |
Ricardo Torres es un torero
aragonés que se ganó el puesto para hoy con su buen hacer en la corrida de san
Jorge en el mes de abril y lo cierto es que esta tarde no le ha perdido la cara
al miedo santacolomeño. Con su primero, que se dejaba torear más, ha firmado
algún muletazo importante y con el quinto ha aguantado el tipo con mucho mayor
oficio del que torea únicamente dos tardes al año. Poco más se le puede pedir a
un torero que no ha perdido los papeles ante las fieras corrupias de don Adolfo
cuando en su caso pudiera hasta haber sido comprensible.
Cerraba cartel Paulita que tras
estirarse a la verónica como él sabe, ha tenido que enfrentarse al peor y al
mejor o menos malo de la sesión de tarde. Con el malo ha estado digno y con el
sexto, que algunos han aplaudido en el arrastre, ha logrado alguna tanda
estimable, sobre todo cuando ha conseguido ligar los muletazos ante un astado
que, aún desclasado, embestía con intermitencias y no ha desarrollado el
instinto depredador de su hermanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario