VUELVEN LOS TOROS A RICLA

El festejo se celebrará el 21 de mayo, sábado, y será organizado por el empresario Ignacio Ríos, también gestor del coso de Calatayud. El regreso de las corridas de toros a la plaza de Ricla (Zaragoza) supone una noticia muy buena para la Fiesta, pues después de veinte años sin festejos mayores (el último se celebró en este coso en 1996), la plaza “Gitanillo de Ricla” volverá a abrir sus puertas para un festejo mayor.

“Es una apuesta importante y llena de ilusión por parte del Ayuntamiento que ha confiado en mi persona. Recuperaremos la Fiesta en Ricla y en su comarca y volveremos a dar una corrida de toros con el esfuerzo tan grande que supone, pero creo firmemente en el futuro de esta plaza”, dice Ríos.
El cartel del festejo contará con un rejoneador y tres matadores y se presentará el próximo sábado, 30 de abril, a las 13:30 horas en la Casa de Cultura de Ricla, municipio ubicado a orillas del río Jalón que aparece por derecho propio en los anales del toreo pues allí nació un 4 de febrero de 1898, Braulio Lausín "Gitanillo de Ricla", uno de los toreros más valientes que ha dado la Historia de la Tauromaquia, hasta tal punto que cuando lo contrataban en plazas de Sudamérica le hacían firmar por escrito que no se iba a arrimar tanto como acostumbraba.

"Gitanillo" tuvo un hijo con su mismo nombre, Braulio Lausín, que quiso seguir los pasos de su padre y llegó a torear más de cien novilladas con picadores sin llegar a doctorarse, pero que en la década de los 80-90 organizaba unos festivales taurinos en beneficio de la residencia de ancianos que contó con toreros como Curro Romero, Rafael de Paula, SM El Viti, Antoñete, Julio Robles, Luis Francisco Esplá y Juan Ramos por poner algunos ejemplos.

Como el festival tenía mucho éxito y se celebraba en una portátil, el ayuntamiento decidió construir una plaza de toros de obra que sería inaugurada el 10 de abril de 1988 con un festival en el que tomaron parte Antoñete, Curro Romero, Rafael de Paula, Esplá, Ramos y Jesús Sanjuán y lo cierto es que sin con la plaza desmontable la cosa funcionaba, desde que se construyó una fija se inició el declive, siendo 1996 el último año en que se celebró festejo. Ahora, veinte años después, la esperanza renace en la afición taurina de Ricla.