Novena del abono pilarista. Tres cuartos de aforo en el día de la patrona, poco público en la fecha más señalada.
Antonio Bañuelos ante la placa de "Acelerado", mejor toro de la Feria del Pilar de 2009 |
Cuando sale el primero de Bañuelos parece tener transmisión. Lo pica mal Montoliú y, tras el quite de Serafín Marín, se viene arriba Padilla por tafalleras, rematando con una larga cambiada de rodillas, saliendo apurado. Como ya es habitual en él se hace ovacionar en el tercio de banderillas y llega el esperado brindis al público, sentido ahora por parte del torero. El astado tiene mucha clase en la muleta y Padilla va a por todas, el Ciclón baja la mano y el de Bañuelos arrastra el hocico por el albero. Por el izquierdo también es claro el toro pero engancha más la muleta y, por el otro pitón, está más a gusto el de Jerez, pero nos vamos quedando sin materia prima, por lo que decide Padilla acortar las distancias. A la hora de matar lo hace él todo y acierta con una entera que tumba a su oponente, cortando las dos orejas de su enemigo como recompensa a la fuerte solicitud recibida el día de la reaparición, que no fue atendida.
El segundo de la tarde es muy bonito de lámina pero su comportamiento es distraído en el primer tercio. Tras la actuación del piquero hace el quite Jiménez Fortes con apreturas, se nota que quiere ser alguien en esto. En la muleta de Serafín Marín el toro no es claro por ningún pitón y en uno de los remates cae al suelo el matador donde es corneado sin consecuencias. Ante ese material poco más puede hacer que no sea matarlo con aseo, siendo ovacionado.
En el tercero se luce Fortes en un quite por chicuelinas ajustadas, rematando con una media con ambas rodillas en tierra, saliendo arrollado sin ser herido. Con rectitud y elegancia se estira Fortes dando todas las ventajas al toro y dejándole venir de lejos. El valor es su virtud y la compostura su apoyo en una faena que exprime al noble Bañuelos al máximo. La estocada en los rubios es letal, fulminante. Oreja para Fortes.
Con el cuarto se emplea Alventus con la vara, tras lo cual se luce Serafín Marín en su quite y con los palos en la mano Padilla expresa su concepto en la manera de colocar los rehiletes. De rodillas, junto al estribo, ve pasar los pitones de su oponente a la altura de la yugular y ya de pie, el toro le avisa en dos ocasiones de su peligro y de que sabe quien sostiene la muleta. El animal se queda debajo, no pasa y quiere coger. Un pájaro descarado al que Padilla caza de una estocada caída y trasera que precisa de dos descabellos. Ovación.
El quinto está a punto de derribar a Carlos Sánchez del jaco y después le da las del pulpo en tres puyazos en los que mansea el toro, más uno de propina para protegerse el picador en una arrancada. En la muleta el toro sangra mucho y tras no entenderse con Serafín Marín en los inicios de la faena se acobarda en tablas de donde ya no sale si no es para meter algún arreón de manso, por lo que se complica la suerte suprema. Silencio.
Tampoco se va de vacío el sexto en el caballo de Tito Sandoval, pero cuando coge la muleta Fortes la tarde parece haberse venido abajo, así que el torero se la tiene que jugar atornillando pies y bajando la mano, pero cuando lo hace el toro parece que se raja, aunque sigue respondiendo al toque del torero. Firme por ambos pitones, el malagueño se estira al natural, pero el de Bañuelos se va a chiqueros en cuanto ve un hueco. Un espadazo, un punto contrario tirándose de verdad, más un descabello finiquitan el festejo con resultado de petición y vuelta al ruedo tras aviso para el matador.
Al final Padilla abandona el ruedo atravesando la Puerta Grande que se abre por primera vez en la feria.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de la Misericordia de Zaragoza. Toros de Antonio Bañuelos, bien presentados pero de juego desigual, siendo mejores 1º y 3º, para:
Juan José Padilla: dos orejas y ovación
Serafín Marín: ovación y silencio
Jiménez Fortes: oreja y vuelta al ruedo tras aviso
No hay comentarios:
Publicar un comentario