La mañana no ha tenido respiro y Gómez del Pilar ha esperado a su primero a porta gayola estando a punto de ser arrollado. Después, todo ilusión mientras el público protestaba a un novillo carente de fuerza. Y era cierto, no se tenía en pie, así que con este material el resultado ha sido escaso. Pitos al astado y ovación para el espada.
El segundo ha sido devuelto por inválido y sustituido por un sobrero del mismo hierro, con el trapío más que justo, al que lancea Raúl Rivera con cierto gusto, pero en el caballo se derrumba y se monta la bronca antes de que el matador coja los palos para ejecutar un tercio con facultades. Con la muleta, el torero lo intenta, pero ante las caídas de su oponente opta por montar la espada y finiquitar una labor sin trascendencia, por lo que es silenciado.
Al tercero, lo ha saludado Miguel Cuartero con verónicas ajustadas hasta que el novillo ha comenzado a blandear haciendo asomar los pañuelos verdes en los tendidos, estimulando al presidente, que hace lo propio, debiendo saltar al ruedo el que iba a ser sexto, corriendo turno. El utrero mostró similares características que sus hermanos, además de mansedumbre; por lo que Cuartero solo puede hacer gala de disposición y oficio en algún muletazo suelto con cierto gusto. Remata su labor de un bajonazo, después de pinchar, y se le ovaciona tras escuchar un recado presidencial.
Para demostrar sus ganas de querer ser torero, Gómez del Pilar se ha vuelto a ir a la puerta de chiqueros en el cuarto, siguiendo su labor de hinojos con dos largas cambiadas de rodillas sin enmendarse. Ha quitado por lopecinas y con la franela ha tenido unos inicios poco más que voluntariosos con un novillo que, aunque rebrincado, pedía más. Posteriormente, con la mano izquierda la faena ha subido enteros gracias a las tandas de naturales de trazo largo y ejecución limpia llevadas a cabo, siendo éste el pitón bueno del novillo que no llegó a aprovechar del todo. A la hora de manejar el estoque el torero cobra media en buen sitio que le sirve para cortar una oreja, la primera de la feria.
Al quinto se le protesta en el caballo pero Raúl Rivera puede realizar un tercio de banderillas bullidor y con ganas de agradar. Con la flámula aprovecha las nobles embestidas de su enemigo dentro de un conjunto marcado por los altibajos generalizados, siendo finalmente ovacionado tras el arrastre de su oponente.
El sexto sale con ímpetu de chiqueros y mientras suena la jota de los toros, Cuartero opta por enseñarle a embestir antes de rematar con la media verónica de rigor. Con los palos está importante Roberto Bermejo, aún sin desmonterarse y, muleta en mano, Cuartero se gusta toreando al natural ante un novillo que, siendo noble, adolece de falta de un último tranco. A la hora de matar se le va la mano al de Figueruelas y pierde las opciones de trofeo ganadas, siendo silenciado y previamente avisado de nuevo.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de La Misericordia de Zaragoza. Segunda de abono. Matinal. Menos de un cuarto de entrada. Novillos de Santos Alcalde, escasos de fuerza; devueltos 2º y 3º. Buenos 5º, 6º y sobre todo el 4º.
Gómez del Pilar: ovación y oreja
Raúl Rivera: silencio y ovación
Miguel Cuartero: ovación y silencio con aviso en ambos.
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