miércoles, 20 de junio de 2012

A Francisco Belmonte


El pasado lunes dejó Teruel Francisco Belmonte. Cambia de aires en el ejercicio de su profesión, la que le dá para comer, y el Diario de Teruel pierde a un magnífico crítico taurino, uno de los mejores que haya tenido aquella noble tierra en toda su dilatada historia.
Yo lo conocí en el año 2006 cuando acudí a su ciudad para cubrir la información taurina de la Feria porque me lo presentó Javier Valero. Apenas crucé cuatro frases con él y en seguida me di cuenta de tres cosas: Que era buena gente, que hablaba de toros con sapiencia y que siendo tan joven estaba tan consolidado en Teruel como el torico o la torre de San Martín.
Porque hablar en Teruel de toros es hablar con Belmonte. Él se conoce la plaza del Ensanche como su propia casa, se controla los encierros de la sierra como un corredor o la trashumancia como un pastor y las ganaderías de la zona no tienen secretos para él.
Y se ha marchado a otra tierra, pero su labor profesional ahí queda: Su extraordinario suplemento en el Diario de Teruel, sus artículos en la web Cultoro, sus programas de radio en diferentes emisoras y las múltiples intervenciones en charlas y coloquios en los que alguna vez he tenido la oportunidad de compartir estrado a su lado.
Belmonte sabe todo del Teruel taurino. Lo lleva dentro. Y lo transmite en cada conversación, sentado en una mesa del Pegaso o en cualquier otro bar de los alrededores del coso de su ciudad. Belmonte se tenía que llamar, como confirmando una premonición. Amante de la Fiesta como el ídolo Juan y gran escritor, para emular a ese Gracian que naciera en Belmonte. Pues de Juan Belmonte a Belmonte de Gracían se cierra un círculo que acoge en su interior al crítico emigrante, que seguro que en su "nueva" ciudad se hace un hueco a no mucho tardar.
Pero en Teruel quedará el vacío de "su" Belmonte, siempre con su agenda en la mano para tomar notas de los festejos y una chuletilla intercalada entre las hojas con una carta de colores para describir con exactitud los vestidos de torear de la terna actuante. Luego vendría la crónica. Esas líneas que esperábamos cada sábado con avidez en el Diario de Teruel.
Y su editorial. Acerada, certera y a veces amarga cuando le dolía la Fiesta de quererla tanto.
Y ahora ya te has ido: Te deseo lo mejor. Tú y tu familia habéis elegido nuevos derroteros en otras latitudes y será para bien, no me cabe la menor duda, pero Teruel estará desorientada, al menos durante un tiempo, y nosotros te echaremos de menos.
Que la suerte te respete y hasta que quieras, amigo Belmonte.

2 comentarios:

  1. Acertado y veraz articulo Paco, lo echaremos de menos.

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  2. Gracias Cárdeno, pues sí, ahí quedará su hueco, para cuando quiera volver.

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