José Luis Gran "Romito" fue un novillero que llegó a torear con caballos en los años 60 y que luego se ganó la vida como banderillero y de esa manera mató el gusanillo de vestirse de torero.
Sus inicios en la profesión, la dura experiencia de las capeas, los tejemanejes de los despachos y su aprendizaje del oficio los explica con sencillez y auténtica crudeza, no exenta de cierta comicidad en determinados momentos, en dos libros que tiene publicados: "Ilusión o quimera" y "Fue quimera", títulos que por sí mismos explican en frases gracianescas la síntesis de toda una vida.
Sus inicios en la profesión, la dura experiencia de las capeas, los tejemanejes de los despachos y su aprendizaje del oficio los explica con sencillez y auténtica crudeza, no exenta de cierta comicidad en determinados momentos, en dos libros que tiene publicados: "Ilusión o quimera" y "Fue quimera", títulos que por sí mismos explican en frases gracianescas la síntesis de toda una vida.De todo ello hablará en Ateca en un acto que tendrá lugar el próximo día 19 de febrero en los locales del Centro Polivalente de la localidad en evento organizado por la Asociación Cultural Taurina del lugar que preside Jesús Sánchez.
Con Romito será actualidad el toreo de los 60, la vida en la carretera o en un vagón de ferrocarril, el bachillerato junto a los banderilleros de entonces, las capeas en los pueblos, las visitas a las ganaderías y la difícil decisión de cambiar el oro por la plata.
Con Romito será actualidad el toreo de los 60, la vida en la carretera o en un vagón de ferrocarril, el bachillerato junto a los banderilleros de entonces, las capeas en los pueblos, las visitas a las ganaderías y la difícil decisión de cambiar el oro por la plata.
Le acompañará en el acto Raimundo Entrena, apoderado de espadas como Pedro Berdejo y Ricardo Torres así como sastre de toreros.
La entrada es libre.
Foto de izquierda a derecha Romito y El Catedrático.
Una hora y cuarenta minutos estuvieron Romito y Entrena hablando de toros. Les dieron los tres avisos y siguieron toreando. Es más, nadie se levantó del sitio pasado de faena.
ResponderEliminarAteca disfrutó, escuchando primero e interviniendo después en el coloquio, en una tarde que quedará para el recuerdo de los numerosos aficionados que acudieron al evento.
Así se hace afición, viviendo la Fiesta para comprenderla. Y ya tenemos preparada la siguiente reunión, pues cuando algo funciona hay que potenciarlo.