lunes, 26 de diciembre de 2011

Javier Castaño


"Zaragoza siempre tendrá un sitio en mi corazón".
dijo Javier Castaño en su turno de palabra.
 Es un torero que dejó su tarjeta de visita en Zaragoza el 14 de octubre de 2010 al muletear a un toro de Cuadri con temple y gusto especialmente por el lado derecho. Ese animal fue muy noble y humillaba mucho, aunque resultó muy blandito. El torero no mató bien y todo se resumió en una ovación, pero el aficionado de la Misericordia vio torear bien a un toro  de D. Fernando y se quedó con su cara.

El torero recoge el Premio al Valor de manos de Lourdes Tamarit
Ante la repercusión de la labor del diestro en los medios de información, Ignacio Zorita colocó al salmantino-leonés en la corrida-concurso que se celebró en el siguiente mes de abril, para dar cuenta de un toro de Concha y Sierra, que no le dio opciones, y de otro de Adolfo Martín que se orientó pronto en la muleta, al que logró sacarle algún natural limpio tirando de valentía y exponiéndose a una cornada. No podía haber trofeos, pero Zorita no lo olvidó y lo colocó de nuevo con la de Cuadri en el Pilar-2011, donde la suerte le llevaría a enfrentarse a "Remendón", lidiado en cuarto lugar y que, a la postre, resultaría el toro ganador de todos los trofeos de la Feria, al que despachó de cuatro pinchazos y un descabello, siendo ovacionado como premio a su labor.
Castaño junto a una tríada de novilleros
Como se ve, Javier Castaño se encuentra muy ligado a Zaragoza en la realidad más reciente del coso de Pignatelli, siempre ante corridas duras como Cuadri, Adolfo Martin o Concha y Sierra, por lo cual no extrañará a nadie que una Peña Taurina, como es La Montera, decidiera incluir a este diestro entre sus premiados en lo concerniente al Valor, pues valor hay que tener para anunciarse en corridas de las que muchos huyen despavoridos y más si tenemos en cuenta que Javier Castaño fue un novillero puntero, que tomó la alternativa con fuerza y que luego, siempre de la mano de la casa Chopera, se vio incluido en carteles reservados a figuras. Pero el tren se le fue, no rodaron bien las cosas, la chopera se secó y ahora Castaño está inmerso en un proceso de repristinación para reivindicarse como torero tirando de la chaqueta del jefe de estación. Ójala que consiga parar de nuevo al tren.

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