Hoy, día de la Virgen de la Peana, patrona de la villa, se lidiaba en la octogonal plaza de la localidad zaragozana un encierro de cuatro ejemplares de la ganadería de La Tahona, que con tanto mimo cuida la familia Gallego, de El Burgo de Ebro, y aunque bien presentado en general, al contrario que el año anterior se ha mostrado falto de casta y bravura, lo que ha supuesto que los cimientos de la tarde hayan resultado deslucidos, pues los novilleros han tenido que luchar contra corriente.
Habría cartel Manuel Bautista, de Linares, sobrino de aquel gran matador de toros que fue Paco Bautista, y ha visto silenciada su labor en ambos. En primer lugar se las ha entendido con el más chico de la tarde, un colorao de buena nota para el ganadero, pobre de cara y manso con el que el torero ha estado muy dispuesto, logrando encontrarse a gusto por el pitón izquierdo demostrando cierto sabor por naturales con toreo de apunte bueno, pero ha matado mal y todo quedó en agua de borrajas. Con el tercero ha cantado la gallina, pues ante un novillo de más cuajo y pitones e igualmente manso se ha mostrado impotente para sacarle algún pozal de agua al pozo semivacío. Desilusionado, falto de recursos y justo de motor ha abreviado matando nuevamente mal.
Manuel Cuenca era el segundo espada en lid. Con su primero se ha mostrado bullidor en banderillas y "vendedor" del producto con la franela. El novillo huía como consecuencia de su mansedumbre y el espada ha corregido bien los defectos, pero como no ha utilizado la toledana con acierto se le ha silenciado. Cuando ha saltado el toro de la jota la tarde ya estaba rota. Era un novillo más escurrido que segundo y tercero pero que tenía un punto más de bravura aunque no terminaba de humillar, con el cual se ha lucido el sobresaliente Pablo Colomer en un quite por tafalleras que a la postre ha resultado lo más destacado con el percal de toda la tarde. A éste no lo ha querido banderillear el matador y con la muleta ha estado con ganas de agradar y porfión ante el "mejor" novillo de la tarde, que si bien no arrastraba el morro por la arena, dejaba estar y no huía hacia las tablas. La faena ha sido con la mano derecha por completo y aún no acierto a adivinar el porqué y ha estado acompañada por los sones del pasodoble "La Puerta Grande", instrumentado inigualablemente por la Banda de Música de la localidad que dirige a la perfección el maestro Carmelo López. A la hora de matar la espada ha resultado delanterilla pero de efecto rápido por lo que se le ha premiado con las dos orejas, saliendo a hombros de los aficionados que han disfrutado de su tarde local de toros.
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