Lo vivido la tarde del sábado 21 en Ricla (Zaragoza) se
asemeja a lo que se espera de una corrida de toros ideal: Aceptable entrada
–entre media plaza y tres cuartos-, buena temperatura, un encierro que embiste
y unos toreros que desgranan sus diferentes conceptos de tauromaquia para agradar. Estaba el
condimento preparado por el empresario Ignacio Ríos y el Ayuntamiento de la
localidad que vio nacer al mítico Gitanillo de Ricla, y el guiso ha satisfecho
a quienes lo han degustado.
Abrió plaza el rejoneador Joao María Branco, apoderado por
el mismo Ríos, que estuvo bien en términos generales, con buena cuadra y
dejando llegar mucho a sus cabalgaduras al buen ejemplar de Guadalmena que le
correspondió, cuajando una notable actuación. Cortó dos merecidas orejas después
de clavar un rejón en su sitio, siendo el primero que descerrajó la Puerta
Grande.
El encierro a pie era de Algarra, sustituyendo al titular
de Guadalmena, y sirvió para los toreros que pdieron disfrutar de su
profesión.
El Fandi sorteó un buen lote, con un gran primero, feo,
chico pero que era una máquina de embestir, con el que
el granadino toreó a placer, para él mismo, como en un entrenamiento, despacio
y hasta templado, pero al tardar en hacer efecto la estocada su premio se
redujo a una oreja. Con su segundo el torero se gustó pero transmitió menos,
pero al enterrar la tizona con prontitud le cortó dos orejas, una de ellas a la
salud del palco presidencial.
Representante de la tierra en el cartel era Daniel Cuevas,
torero que se viste poco, que se midió con dignidad ante quienes torean muchas
tardes y que sorteó quizá el lote menos bueno del encierro. Se estiró con su
primero aun toreando algo despegadillo y con el que hacía sexto poco pudo hacer
al haberse lesionado en una voltereta y quedarse rebrincadito y un tanto feble.
Cuevas es torero al que hay que ver más veces en las plazas, pero tiene que
atacar con mayor ímpetu porque las oportunidades llegan con cuentagotas.
Cerraba cartel López Simón, una de las actuales figuras de
la tauromaquia y que estuvo sencillamente en eso, en figura. Templado, mandón,
estéticamente perfecto y con gran conexión con el respetable, sus maneras
emocionan y justifica el lugar que ocupa en el escalafón en cada lance,
haciendo que la afición de Ricla saliese toreando por la calle. Dos rabos es una buena presentación. Y no es fácil.
Ficha:
Plaza de toros de Ricla: Casi tres cuartos de entrada. Toros de Luís Algarra,
desiguales de presentación pero buenos para los toreros, siendo el mejor el
primero de a pie y el de menos opciones el quinto de lidia ordinaria. Por
delante se ha lidiado una res para rejones de Guadalmena, brava y colaboradora
para los caballos.
Joao María Branco: Dos orejas
El Fandi, de coral y seda negra: Oreja y dos orejas.
Daniel Cuevas, de blanco y oro: Oreja y ovación.
López Simón, de azul rey y oro: Dos orejas y rabo en
ambos.
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