La Fiesta en sí misma es una caja de sorpresas capaz de acoger en su interior a todo tipo de personajes procedentes de las más diversas naciones: Todos suman. Hace días conocimos los singulares aportes de personas procedentes de Norteamérica. Hoy queremos centrarnos en Rusia, país con menor bagaje tauromáquico pero que no ha dejado el casillero a cero. Su representante más señero ha sido Román Karpoukhine "Finito de Moscú", nacido en Jarkov (Ucrania) en 1967 y residente en Tarrasa (Barcelona).
"Finito" debutó de luces en la tarde del 16 de abril de 2000, en La Monumental de Barcelona, con reses de Rogelio Martín Albalat junto a Raúl Cuadrado, Omar Guerra, López Díaz, Serafín Marín y Enrique Guillén, sin mucha suerte para el ruso. A partir de ahí la carrera fue corta: Olot, Yecla y poco más, hasta desaparecer del panorama en 2004. Tan singular personaje se decidió a ser torero en 1995, tras una estancia en Albacete en casa de la familia del matador Manuel Amador. Este ex-oficial de las Fuerzas Aéreas rusas y luego profesor de bailes de salón, conoció el mundo del toro y aquí se quedó. Se hizo socio de la peña Taurina de Sabadell y alumno de la primera escuela taurina oficial creada en Cataluña. Tras su debut en Barcelona, el responsable del libro de los récords de Rusia viajó hasta la Ciudad Condal para registrarlo como el primer torero ruso, aunque ya en 1952 hubo en Amposta (Tarragona) una novillada en la que lidiaron el español Joselito Alvarez, el boliviano Abel Fernández y el también ruso Igor Sonsonoff, de quien nada se sabe.
Dentro del exiguo panorama ruso habría que incluir a la rejoneadora Lidia Artamonova, que llegó a actuar en cosos de España, Francia y Portugal y fracasó rotundamente al querer organizar un festejo en Moscú en el año 2001, de la cual apenas tenemos datos de su trayectoria profesional.
Esto ha sido todo. La fría Rusia no tiene cerca una cálida Méjico y por tanto la influencia del toro no les afecta en demasía, eso es una evidencia.
Paco, bastante es que haya alguno. Yo recordaba algo de él, pero no sabía nada de ella. Y no solo nos lo cuentas, sino que además te permites el lujo de tener fotos. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo
Pues sí la verdad, además lo del nombre de Finito de Moscú tiene su cosa, ahora que Artamonova para rejoneadora no se queda atrás. Bueno Enrique, te agradezco tus palabras, pero el único mérito está en que en algo hay que pasar las tardes de verano.
ResponderEliminarUn abrazo