El pasado día 8, en una tarde espléndida y con tres cuartos del aforo cubierto, se lidió en la octogonal y decimonónica plaza de toros de Ateca una novillada sin caballos que satisfizo los gustos de los aficionados. Se corrieron cuatro erales de Campos Peña, que sustituían a los anunciados de Fernando Peña, de buen juego en general, siendo el mejor el cuarto.
Junto a Ramón Cristóbal, alcalde de Ateca, que presidía un festejo por primera vez; la alcaldesa de Villalengua y los alcaldes de Ariza y Moros. |
Abría cartel el francés Adrien Salenc, que venía precedido de cierto aire y run-run por sus recientes premios en plazas importantes, demostrando que conoce el oficio y sobre todo que mata bien, siendo la tizona la causa de que su triunfo se redondease. Maneja con acierto las telas y está ya para ponerse con los utreros. Cortó un trofeo del primero después de ser avisado y dos del tercero, saliendo en hombros por la Puerta Grande del coso de las Eras de Capuchinos.
Compañero de terna del anterior fue el valenciano Juan Antonio Navas, un proyecto de torero de buen concepto y corte clásico, que tiende hacia el toreo profundo y al que le gusta bajar la mano. Tenía los triunfos en la mano pero es zurdo y el matar con la mano derecha le supone un duro handicap que tendrá que resolver con celeridad pues los trofeos que tenía ganados se convirtieron en avisos, contratiempo que un novillero no se puede permitir.
En fin una tarde entretenida en la que el abundante público que acudió a la plaza le quitó la razón a quienes van haciendo campaña para suprimir las novilladas en Ateca, un espectáculo con más de cien años de recorrido, que es del gusto de la mayoría del vecindario y que hay que hacer todo lo posible por mantener.
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