Lo venimos comentando los aficionados con tristeza: La enfermedad se agudiza, cada vez se abren más frentes y la Fiesta agoniza.
Los toros se han ido separando de la vida cotidiana, la sociedad se desliga de este mundo porque no lo ha mamado, lo desconoce y por tanto, los gobernantes que rigen nuestros destinos, elegidos democráticamente y salidos del pueblo llano (algunos), se encuentran legislando sobre algo que les es extraño, que les parece parece pretérito y ahora hasta políticamente incorrecto. A ello hay que añadir que los taurinos "profesionales", casi siempre por motivos crematísticos, también empujan en esa dirección haciéndole la pinza al aficionado que se encuentra solo y hastiado; como resignado, ya lo escribía Almudena Grandes magistralmente, a los tiempos que le ha tocado vivir, pues intuimos que el día del cerrojazo definitivo llegará y lo único que demandamos es que ya no nos toque verlo.
Y digo todo esto porque además de la que está cayendo, en Aragón la Asociación de Médicos FASAMET ha conseguido que una sentencia judicial, no voy a entrar a explicar los vericuetos legales por los que ha transcurrido porque son aburridos y lamentables, obligue a los organizadores de festejos populares, normalmente los ayuntamientos, a contratar durante los espectáculos con vaquillas además de un médico y un ATS, a un cirujano o un traumatólogo, lo que supone cargar a la fiesta, en su base, de unos gastos absolutamente innecesarios, que saldrán de las arcas del común, que todavía no se han cuantificado pero que pueden rondar los 1000 euros por festejo y que sientan un precedente peligroso, pues otros colectivos que planean y merodean por ese tipo de espectáculos como veterinarios, directores de lidia y demás palutea, también se sumarán al carro del doblete para engordar la buchaquera y terminarán de estrangular la gallina de los huevos de oro.
Por eso pienso que lo que no consiguieron reyes ni papas, que fue abolir los toros, hoy, como consecuencia de una serie de hechos sucesivos van a lograr desangrarla con la incomprensión de unos, negligencia de otros y deseos de lucrarse de la mayoría.
Así está el toro de la Fiesta, muy mal lidiado, picado trasero y citado en la muleta descargando la suerte. Lo que espero es que el animal sea bravo y logre el indulto librándose de una estocada cantada que además seguro que sería trapera.
si cualquier dia inventaran un teledirigido para llevarse enterita la uvi del hospital.
ResponderEliminarEl otro dia estuve con un amigo que lleva dos meses con el codo hecho papilla...leer eso de Aragon tiene bemoles.
Del resto, ya ni me molesto en comentar nada. Aqui todo vale y a los politicos le va muy bien dilapidar tradiciones, eso les allana el terreno. Y como los españoles andamos de media si no idiotas perdidos, si bastante idiotas. Pues eso, lo politicos a aprovecharse, y los que tienen al lado lo mismo, claro, van de la mano.
Paco:
ResponderEliminarEsta es una de esas medidas envenenadas, porque ¿quién se atreve a decir aue esto es un exceso? Pues nadie, porque vivimos en un mundo desproporcionado en el que lo normal es matar moscas a cañonazos. Quizás sería suficiente con una UVI móvil o con cualquier otra cosa, no soy especialista en medicina, pero que permitiera estar en un hospital con los medios necesarios en poco tiempo. Y si se organiza una boda ¿se va a pedir que el menú lo inspeccione un endocrino, y en el recreo de los colegios tienen que estar un pediatra, un traumatólogo y un cura para los niños que digan palabrotas? No sé si la medida tendrá segundas intenciones o no, pero lo que sí me parece es que está tomada desde la ignorancia, como viene siendo habitual en todo lo que reune a los políticos y a los toros.
Un saludo
Bueno, en este caso los políticos no tienen culpa de nada, si los he mencionado es porque creo que la sociedad actual (en general) no sabe nada de toros y como pertenecen a ella, se encuentran con que tienen que gestionar algo de lo que no tienen conocimientos.
ResponderEliminarEn cuanto a Aragón, comentar que su Gobierno Autónomo aprobó un Reglamento que solo exigía un médico y un ATS para festejos populares; los de FASAMET recurrieron porque decían que la normativa nacional demandaba también un cirujano y el juez les dió la razón sin tener en cuenta que ese párrafo concreto se había reformado. El Gobierno de Aragón solucionó el problema el año pasado con un Decreto que fue recurrido de nuevo por FASAMET y el juez les ha dado la razón otra vez, pues dice que ya se falló en su día en ese sentido. Nuevamente el Gobierno de Aragón ha tomado cartas en el asunto con el fin de eliminar el cirujano pero mientras tanto los festejos que se celebren deberán contar también con este profesional, que se llevará una pasta.
Y como bien dices Enrique, matamos moscas a cañonazos, pues con un médico, un ATS y una UVI móvil, como hasta ahora, es más que suficiente, lo peor es que con tanto gasto muchos pueblos no celebrarán vaquillas y con eso sí que se resiente la Fiesta en general, en la cantera, donde se crean aficionados y en la cartera de los ayuntamientos para pagarles al colectivo de cirujanos que también ven filón en esto de los festejos populares.
no debemos de alarmarnos tanto, todo volvera a su cauce, cuando un 15 de agosto no haya ni medicos, xq ya faltan, que pasara cuando en urgencias no tenemos ni para ellos?
ResponderEliminarHombre, sí es para alarmarse, precisamente para que todo vuelva a su cauce, pues si un 15 de agosto no hay médicos no habrá vaquillas y el marrón se lo comerá el alcalde; pero si hay medicos (no uno si no dos) quien deberá pagarlo es el pueblo, se encarecerá más el espectáculo y algún ayuntamiento decidirá suprimir los festejos; por consiguiente se reducirán las ganaderías, habrá menos aficionados, etc, etc y al final todo acabará como nos tememos los peor pensados.
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